lunes, 8 de febrero de 2010

Poema: Los cristianos


    En el automóvil tienen calcomanías de Jesús por todos lados,
pero manejan como endemoniados.

Como si fueran "pescadores" usan "pescaditos", 
tienen la ilusión de que eso los hace cristianitos.

Critican a los vecinos porque hasta la madrugada les duro el fiestón,
pero en la reunión del domingo despiertan al vecindario con "hecho a la mar los carros del faraón

En la iglesia, a las mujeres los hermanos les dicen: "hermanitas" en la calle  "mamacita"

Llegan temprano al culto el domingo porque son "buenos servidores"
durante la semana llegan tarde al trabajo porque son malos trabajadores.

Los papás prefieren salvar al mundo entero y quedar bien con el pastor,
en lugar de salvar a sus propios hijos y quedar bien con el Señor.

Oran en voz alta enfrente del palacio de gobierno "Que Dios prospere al país en esta marcha venimos a pedir"
y al mismo tiempo buscan la manera de los impuestos evadir.

Las hermanas con su tele, hasta el canal tienen marcado,
así pueden cambiar de Benny Hinn a Walter Mercado.

Enseñan que Jesús nació "como pobre"
pero le ponen precio a todo lo que tiene su nombre.

Como predican: "si eres de los nuestros al cielo subes",
ponen el precio de entrada a sus eventos por las nubes.

Entre sí se llaman "hermanos" como si fueran familia,
pero viven como enemigos teniéndose envidia.

Le piden dinero a la gente más de lo que se lo piden a Dios, dicen:
"Si tu me das uno el Señor te da dos"

Se enorgullecen de conocer mucho la palabra de Dios,
y como conocen muy poco al Dios de la palabra, no reconocen su voz.

Hablan más de sus pastores de lo que hablan de Jesús,
prefieren contar de su iglesia que contar de la Cruz.

Los jóvenes danzan y danzan aunque el cuerpo les duela,
pero son tan haraganes que les va mal en la escuela.

Los viejos critican y critican a la nueva generación,
olvidándose que las almas importan más que la tradición.

En las poleras, música y conciertos invierten su dinero,
pero no tienen para sostener a un misionero.

En su iglesia todos quieren tener al presidente, al empresario y al profesional,
nadie quiere al drogadicto, a la prostituta o al homosexual.

De autonombrarse líderes del pueblo se toman la libertad,
olvidándose de que si en verdad fueran siervos ejercerían la humildad.

Invierten millones en sus medios de comunicación,
pero los usan para engrandecerse y causar división.

Al mismo tiempo que discuten quien tiene la razón y la verdad,
su país camina en perdición y oscuridad.

A Jesús lo llaman Señor, se lo repiten sin cesar,
pero no importa porque parece que nunca lo van a honrar.

Cantan "firme y adelante", 
pero se quedan en su iglesia y no van a ninguna parte.

Mientras los cristianos en su mundo se divierten,
Jesús llora en silencio por las almas que se pierden.


(Autocritica)